Persiste la incertidumbre mientras Colombia busca la paz con la disidencia de las FARC

El grupo más grande de guerrilleros disidentes de Colombia que rechazó un acuerdo de paz de 2016 con el estado está pidiendo una nueva oportunidad para negociar con el gobierno, pero reina la incertidumbre sobre cómo el presidente Gustavo Petro logrará su propuesta de "paz total".

El domingo, el Estado Mayor Central (EMC), el grupo disidente más grande de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), anunció que realizaría una reunión masiva de rebeldes y pobladores en un área que controla.

El EMC dijo que estaba listo para discutir la paz "con justicia social" y comenzaría a hacerlo a partir del 16 de mayo.

Cuando las FARC, que era el grupo guerrillero más poderoso de América y ahora es un partido político comunista, decidieron desarmarse, la mayoría de sus 13.000 miembros lo hicieron.

Pero el EMC se negó. El gobierno cree que tiene alrededor de 3.000 miembros, la mayoría de los cuales son nuevos reclutas.

Desde la noche del domingo, la prensa colombiana ha estado inundada de imágenes de la reunión de la EMC en el sureño departamento de Caquetá, que estuvo repleta de referencias al marxismo y la revolución.

La declaración de paz inminente de la EMC no ha suscitado la palabra oficial del gobierno y ha provocado poca reacción de los políticos.

Petro, quien está de visita en Estados Unidos, no ha comentado sobre el anuncio, a pesar de que suele estar muy activo en las redes sociales.

Luis Albán, un exguerrillero y legislador del partido Comunes, reaccionó, pero solo enojado con la EMC que afirmaba ser la única heredera del movimiento guerrillero de las FARC.

"Rechazamos el uso de nuestros símbolos por parte del autodenominado Estado Mayor Central (comando de Estado Mayor). Lo único que hace es perpetuar los escenarios de estigmatización y poner en riesgo la vida de quienes firmaron la paz", dijo Albán.

Más de 360 exguerrilleros han sido asesinados desde el acuerdo de paz de 2016, en su mayoría por disidentes, dicen las autoridades.

La senadora de derecha María Fernanda Cabal dijo en Twitter que las futuras conversaciones de paz serían "la trampa más grande en la historia de Colombia".

Está por ver cómo se puede llegar a un nuevo acuerdo de paz, ya que "Colombia tiene una larga historia" de procesos fallidos y pocos exitosos, dijo a la AFP la experta Patricia Muñoz, de la Universidad Javeriana.

La EMC ya ha insistido en que las "comunidades" bajo su control participen en las negociaciones.

El feudo de EMC es un área escasamente poblada entre los Andes y el Amazonas del tamaño de Gran Bretaña, llamada "Llanos", un enclave conocido por su producción de hoja de coca.

El EMC está tratando de extender su influencia mediante la absorción de varios grupos disidentes más pequeños, extendiendo así sus tentáculos a las regiones vecinas de Cauca, Catatumbo y Putumayo.

Pero "el punto de partida" del proceso de paz fue la suspensión de las órdenes de aprehensión de 19 comandantes de la EMC, permitiéndoles participar en "una reunión de comandantes que llevará a una coordinación que actualmente no existe", según Jorge Mantilla. , investigadora especializada en el conflicto y colaboradora del sitio web Razón Pública.

Otra facción disidente de las FARC, la Segunda Marquetalia, firmó el acuerdo de paz pero lo incumplió en 2019.

Ahora, los enemigos jurados de EMC, también han expresado su apertura a las conversaciones con el gobierno.

El izquierdista Petro, un exguerrillero urbano que hizo las paces con el estado en 1990 antes de pasar a la política, también abrió negociaciones con los rebeldes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Clan del Golfo, el cártel de drogas más poderoso del país.

Sin embargo, ha sido un viaje lleno de baches, ya que el gobierno interrumpió las conversaciones con el Clan del Golfo por las violaciones de su pacto. Mientras tanto, el ELN ha rechazado los llamados a un cese al fuego.

Muñoz dijo que las negociaciones de paz suceden "cuando el diálogo y la construcción de confianza han madurado".

"Si la Paz Total fracasa, la respuesta de la oposición será feroz. Los abanderados de la mano dura contra el crimen y de la respuesta militar a los conflictos socioterritoriales están a la vuelta de la esquina", dijo Mantilla.

Incluso si las negociaciones tienen éxito, siempre existe el temor de que otros grupos armados más pequeños simplemente salten al vacío y perpetúen el conflicto territorial.